En Suecia las cosas están dadas de forma que separar la basura sea simple, natural y conveniente.
Para empezar, las botellas de plástico que en Argentina depositamos a los costados de las rutas y en cualquier otro lugar donde la ley de gravedad lo determine, aquí significan plata en efectivo. Las botellas tienen una etiqueta con nombre PANT que te indica si ese envase vale 2 coronas -1 peso-, 1 corona o 1/2 corona las latitas de aluminio. Uno las acumula y cuando va al super las mete en alguna de varias máquinas chupa-aplasta-botellas, recibe el ticket y al pagar la compra lo descuenta sin más tramite.
(A propósito del super: si la compra sale 427 coronas y andás corto de efectivo, podés pedirle al cajero que te cobre 500 de la tarjeta y te dé el vuelto de 73 coronas, en efectivo)
Los chicos pueden juntar botellas o latitas por ahí y hacerse de unos pesos. También se ve gente mayor que lo hace, digamos los cartoneros de acá. Mugre para juntar -léase "plata para juntar"-, hay. Como prueba esta foto que no tomé en Plaza Once, sino en Lünd, ciudad universitaria, antigua, joven, pequenia y cool:
El resto de la basura se divide más o menos en:
- papeles y cartones limpios
- plásticos duros
- vidrios blancos
- vidrios de color
- basura orgánica
- pilas
Hay contenedores en todos los lugares donde hace falta, están bien identificados y pareciera que se respetan. Yo por las dudas tengo muy planeado respetarlos. Estos son unos que había en el lugar donde acampamos.
Hasta acá la parte visible del manejo de la basura. La "otra" parte, la subterránea viene así.
En las casas y departamentos de esta ciudad no hay termotanques ni calefones, ni sistemas de calor central en los edificios. Lo que hay es el circuito de calor de la ciudad, del cual cada edificio transfiere con intercambiadores de calor hacia su propio circuito interno, que a su vez cada departamento utiliza para calentar el ambiente, para que salga agua caliente de sus canillas y para que haya unas serpentinas buenísimas en el banio donde uno pone la toalla y al rato está seca y calentita.
Qué tiene que ver la basura con esto? En Malmö está la planta Sysav (y en otras ciudades habrá otras plantas). Ellos incineran basura y producen calor y electricidad que venden al sistema eléctrico
desrregulado. Sysav no costó ni una fracción de lo que costará un tren bala, y está diseniada para pagarse sola en 10 anios. El 40% del calor para calefacción y agua de Malmö lo produce Sysav con basura incinerada.
Esta presentación flash muestra los detalles.La aclaración
desrregulado del sistema eléctrico no es cháchara: cooperativas de molinos de viento también le venden sus excedentes de energía a este sistema. Las cooperativas están formadas por el propietario del terreno y
Vindkompaniet o empresas equivalentes, las que tienen el know how y compran los molinos en Dinamarca, que es líder en temas de energía eólica. Vindkompaniet. Vind, wind, viento.
Los molinos de viento son hermosos, las casas están templadas siempre y es costumbre andar en patas o zoquetitos al entrar. El calor se cuida con ventanas de vidrios dobles o triples. Mientras tanto nosotros seguimos pasando frío en invierno o calentando de las maneras menos eficientes y solidarias posibles. Y la basura bien, gracias, enterrada en alguna parte del conurbano la más lejana posible. O volando sueltita, al costado de la ruta.
A mí me da mucha envidia mala.
PD del 29/ago/2008: a una semana de regresar a Argentina descubrí
Creando Conciencia, un emprendimiento parido al fuego de la crisis del 2001. Esto es real y muestra que hay luz al fondo del túnel.