Friday 4 July 2008

Eto no é fulbo

Ayer fui invitado por el macanudo de Karl Fredrick a ver fútbol de primera división: Malmö FF vs. Ljungskile SK. La invitación incluyó el préstamo de una bufanda con los colores celeste y blanco de Malmö FF, para tener por quién y con qué hinchar.


El Malmö Stadion es mas bien humilde. Fue construido en 1958 para el mundial que se hizo en Suecia ese año y su arquitectura es ese estilo futurista antiguo de Los Supersónicos. No por mucho tiempo más ya que al ladito están construyendo uno nuevo que quedará listo en 2009.

Dentro del estadio la cosa era viva y colorida. Del lado nuestro (la tribuna VIP, con una vuelta gratis de chori y cerveza, así es con KF) señores hinchas y algunas de sus esposas y chicos, vestidos de colores claros, se entretenían con el show de la popular. Ahí enfrente, en la popu, estaba la acción con los Malmöiters hinchando con ganas por su equipo. No pararon de cantar fuerte ni uno de los 90 minutos, con una coordinación de coro de iglesia.

El campo de un verdor insoportable, un cartel electrónico informando que eramos 9045 espectadores y una pantalla gigante donde se transmitió el juego con repeticiones y todo. Un camioncito ambulancia con cartel "pampas" esperaba entre los dos bancos de suplentes por si había que buscar un herido en la cancha. Todo era un poco playmobil, hasta los cantitos.

El partido empezó con un gol del equipo visitante. Catorce tipos con remera verde, en una tribuna por lo demás vacía, festejaban emocionados. Pero al rato Toivonen, el nro. 20 de los nuestros puso las cosas en su lugar y empate. En el intermedio salieron todos los de la VIP rapidito a buscar café y bocadito de chocolate relleno con crema. Al regreso un par de travesaños y emociones de los dos lados hasta que el mismo Toivonen puso las cosas 2 a 1, resultado final.

Acá nuestro héroe Ola Toivonen, un muchacho que se la re-banca

Un detalle simpático fue que, al haber esa pantalla gigante con transmisión simultánea y repeticiones, los goles, los fouls y las cosas no cobradas se celebraban o puteaban dos veces, eso no se ve cuando vas con Vero a Sarandí a ver Chicago - Arsenal.

De todas formas, aparte de la redondez de la pelota hay otras cosas comunes a nuestros fútboles: al igual que Maradona en Villa Fiorito y Tévez en Fuerte Apache, Zlatan Ibrahimovic, máxima estrella del seleccionado sueco, salió de Rosengård, el barrio más pobre y marginado de Malmö donde viven casi exclusivamente inmigrantes. Como el padre musulmán bosnio y la madre croata de Zlatan.

Más cosas de Argentina, Suecia y el fútbol:
- Un empate frente a Suecia nos eliminó del mundial 2002, ese 1 a 1 me dejó -recuerdo- una leve depresión matutina agridulce. No fue buen año 2002 y el fútbol no ayudó.

- Suecia organizó su Mundial en 1958 y durante el partido Argentina - Alemania Occidental tuvo el Malmö Stadion su récord histórico de 30953 espectadores.

- Argentina organizó su mundial en 1978 y según el mito en la fiesta de inauguración no participó el arquero sueco Hellstrom, quien eligió en cambio ir a la Plaza de Mayo, con las Madres. El arquero dice hoy que no fue él quien hizo eso pero sí algunos de sus compañeros. La sueca Dagmar Hagelin fue secuestrada en Buenos Aires en 1977, por error, por el delincuente Alfredo Astiz, y de ahí que la actitud del seleccionado sueco fuera un tema especialmente delicado.

- Claudio Tamburrini, el arquero de Almagro cuyo secuestro y escape de Mansión Seré se cuenta en la película "Crónica de una fuga" de Adrián Caetano, se exilió en Suecia y aquí es profesor de Filosofía Práctica en la Universidad de Gotemburgo.

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